lunes, 25 de febrero de 2013

GRALLERAS Y ESPELUNCIECHA.

Aunque durante estos últimos días tuviéramos un pequeño respiro y las buenas temperaturas nos hicieran soñar con irreales primaveras, benévolas y generosamente blancas, una vez más el viento del Norte acompañado en esta ocasión por unas gélidas temperaturas, nos recuerda que seguimos y seguiremos durante algún tiempo más, inmersos en uno de esos largos inviernos, de los de verdad.

Cumbres y sierras difusas, alargadas por penachos blancos, nos avisan del fuerte viento. Tampoco es que hoy haya sido excesivo si lo comparamos con los verdaderos vendavales sufridos algún que otro fin de semana pasado. Pero combinado con las bajas temperaturas (-11ºC en el Portalet a las 10 de la mañana), el resultado obligaba a no estar parados durante mucho tiempo.

Con este panorama y las nubes quedándose justo en la vertiente francesa, acabo por aparecer de nuevo en la zona del Portalet. Cierta sensación de pereza y acomodamiento, originada por la confortable temperatura del interior del coche, hace que el plan para hoy sea simple y sencillo, subir al P. Gralleras aprovechando la pista de esquí, al resguardo del Norte y ver cómo evolucionan las ganas y el día. En el último tramo, la abundancia de la nieve ha redondeado las formas, incluso la pendiente del pequeño resalte final antes de la cima, parece  más tendida que en otras ocasiones. Desciendo de nuevo hasta el inicio, disfrutando de una cómoda y rápida nieve "polvo dura" en unos breves minutos que dejan el rictus de la cara, duro  y como cincelado en un mármol. El cielo  aparece perfectamente azul, incluso da la sensación de que el viento haya amainado algo y no molesta tanto.

Nuevamente pieles y alargamos la mañana hasta el P. Espelunciecha. Se intuyen las huellas de la pasada prueba de esquí que hubo hace una semana. Huecos rellenos de nieve polvo, bonita subida sin complicación hasta un magnífico mirador, con un descenso final  por su vertiente N hacia la cubeta del bello y ahora dormido ibón de Espelunciecha. Realmente preciosa y para disfrutarla gracias a la nieve de hoy perfectamente esquiable. Carmar, te gustará!

Al final y sin haberlo planeado 1.200 m de D+ para recordarle a las piernas que la temporada de carreras comenzará ya en breves.

Aparcamiento de Portalet (Formigal)

P. Gralleras, redondito y cargadito.

Nieve y más nieve.
P. Cuylaret y Aneou desde la cima del Gralleras.
Saliendo del corredor N al Espelunciecha.

Anayet desde el Gralleras.



Canal Roya desde el Espelunciecha.

Culibillas, Arroyeras, Pala de Ip.


Vértice y Pico Anayet, el llano con los ibones de Anayet.
















P. Espelunciecha


miércoles, 20 de febrero de 2013

HUELLAS

Tras los días de ventisca y de insistentes nevadas.


 
HUELLAS from Manumar on Vimeo.

domingo, 17 de febrero de 2013

SOLITARIA PRIMAVERA.

Existen todavía lugares en los que puedes agarrarte a la sensación de soledad, esa en la que sientes que únicamente estas tú y la montaña. A veces, se encuentran tan próximos a la civilización, tan cercanos al ajetreo, a la muchedumbre, que cuando uno accede a ellos, no puede más que sorprenderse, y sin darse cuenta, sumergirse con delicadeza, en silencio y siendo durante unas horas, inmensamente afortunado.

Siempre que he alzado la mirada para contemplar Las Ferraturas, esas agrestes montañas que nos separan de nuestros vecinos franceses, extendiéndose desde el Portalet, hasta el collado de la Soba, justo por detrás de la fotogénica y popular Foratata, me aparecen imágenes de montañas lejanas, de cordilleras alpinas, andinas....bueno, rara imaginación que debe tener uno.

La abundancia de nieve permite hoy introducirse y visitar este pequeño paraíso con las tablas puestas desde la misma urbanización de Formigal. El día acompaña, está hecho y diseñado para que hoy sí, por fin, se pueda tener una jornada perfecta.

La orografía del terreno va marcando el itinerario a seguir, flanqueando las paredes de las cara W de la Foratata, hasta llegar al collado del Forato. A partir de aquí, sólo la buscada soledad, es la nieve la que habla, pequeñas huellas delatan que la vida sigue, aprovechando la bonanza de estas mañanas. La montaña va purgando poco a poco su exceso de nieve. Aprovecho para alcanzar la cima del Pico La Inclusa, estoy en primera línea de butacas, contemplando la vertiente sur de L,Ourade, Ferraturas, Soques. Hay que aprovechar esta tregua de hoy y empaparse de esta belleza.

El sol pega y la nieve está transformándose,  ahora es perfecta, dócil, manejable. Ya que estoy y voy bien de hora, subo hacia las primeras estribaciones del lomo de Foratata, buscando alargar lo que será la última bajada de la mañana, disfrutando de esta solitaria primavera.

Pta. Escarra, Pala de Ip.

Arrieles, Balaitus y Frondiellas.

Arroyeras y Anayet.

Bajando del collado de Foratón.

El lenguaje de la nieve.




P. La Inclusa, primera línea.

domingo, 10 de febrero de 2013

REBUSCANDO, REBUSCANDO...AL FINAL LA "H".

No sé si habrá sido debido a las ganas que uno tiene ya de que llegue, de una bendita vez, un fin de semana meteorológicamente bueno y ésto me haya influenciado al interpretar, de una forma demasiado optimista, los partes del tiempo. El caso es que, este sábado, subía hacia el Pirineo con la convicción de que la mañana no iba a ser muy mala, "cielos despejados y vientos flojos del Norte" anunciaban los últimos partes que leí, hasta que llegara una  nueva borrasca a finales del día. Asomarse al alto del  Monrepós y ver todo el Pirineo cubierto de nubes, nubes de nieve, hace que los planes iniciales cambien y  como fichas de dominó, se tumben uno tras otro.

Por ahora, soy de los que se contentan con salidas a la montaña poco comprometidas, dada la cantidad y estado de la nieve, y los entornos próximos a las estaciones de esquí se convierten en esa zona de seguridad buscada. Hacia la parte de Candanchú y Astún, se encuentra muy cubierto y por Panticosa parece que lucirá antes el sol, así que para allá me encamino, hasta ver con desagrado la ingente cantidad de coches que han optado por el mismo destino. La obligación de aparcar a la entrada del pueblo y el vendaval que se ve azotando en altura, me quitan las ganas de volver a pasar una "ventilada" mañana como la del domingo anterior. No hay problema, va a ser por no encontrar alternativas, ahora a Formigal!..........como tropecientos coches más, al igual que borreguillos hacia el matadero, nos encaminamos a la boca de la borrasca, cielos negros, grises, blancos, ventisca de Norte en perfectas condiciones de fuerza. Es tontería hacer nada por aquí, además no hay un hueco ni para aparcar en Sextas. Media vuelta y que no decaiga la moral, ¿qué se me puede ocurrir?

 Piedrafita tiene que estar bien, subir hacia el ibón volverá a ser agradable.
Este fin de semana ha sido realmente espectacular la cantidad de gente que se ha movido hacia el Pirineo y tampoco va a poder ser aquí. Imposible aparcar en el pueblo y la pista de subida a La Cuniacha se encontraba tomada por ¿veinte? ¿treinta? ¿cuarenta esquiadores de travesía? perfectamente pertrechados. No, no voy a seguir contando las siguientes alternativas intentadas y desechadas en un afán, ya más cabezonería o tozudez que otra cosa, por aprovechar una mañana que se estaba poniendo muy complicada. El caso es que al final he puesto el pie a tierra (mejor a nieve) en Hoz de Jaca, pueblo silencioso hoy y aparentemente vacío, para disfrutar de una mañana sin una gota de aire (qué cosas tiene la orientación geográfica), una nieve en perfectas condiciones, siguiendo la pista hacia los ibones de Asnos y Sabocos, perdiéndome voluntariamente en busca de la nieve polvo, hasta allá  los 2.000 m, encontrando el gusto de lo que algunos llaman "lo inútil", subir a ningún sitio, unos metros más arriba o unos metros más abajo, da igual si uno va a la derecha o más a la izquierda, a algún punto sin  nombre, sin sonido, mudo....como la letra H.


¿Serán señales del destino indicándome dónde acabaré yendo?
Paso horizontal, corredor del collado, Telera........un mundo que no acaba de despejar.








domingo, 3 de febrero de 2013

"POW" EN EL AIRE.

Nevada recién caída, vientos huracanados, mezcla suficiente para que al cielo sean lanzadas oleadas de nieve polvo, para que las montañas se alarguen, crezcan, su silueta se difumine o incluso desaparezca, se multiplique por dos, por tres, como por arte de una magia instantánea.

Las nubes desaparecen como estaba previsto conforme avanza la mañana, dejando sitio a un intenso cielo azul, ahora sólo queda el "pow" en su vuelo agitado, incluso a veces, con una sinuosa y sugerente danza. El ascenso desde Panticosa transcurre cómodo al abrigo del bosque, con una perfecta nieve. Incluso al salir de él y optar por seguir la subida hacia la derecha en vez de desembocar en la antigua estación, sorprende que aún sigue uno relativamente protegido del salvaje vendaval. Hasta que ya no hay protección posible y uno queda a merced de la furia, envuelto y embadurnado por el polvo blanco. El deslizar, ocurre inmerso en una nube que te va congelando la cara. Toca darse la vuelta, flotar en cada giro, levitando dentro del blanco. Una pena que haya sido así el limite. El Pirineo se encuentra tomado, barrido y zarandeado sin piedad por el Norte.