La zona de los barrancos de María de Huerva, es para los que vivimos en Zaragoza, un perfecto rincón para entrenar cuestas. Es como una sierra en miniatura y a 20 minutos de casa.
Las múltiples posibilidades de itinerarios y sus combinaciones son otro de los alicientes con los que nos encontramos, así como la facilidad de meter subidas de 300 m de D+, que no es mucho, si lo comparamos con otras zonas. Pero si hacemos varias, fácilmente nos plantamos en los 600 ó más, que no está nada mal para lo que tenemos aquí en el valle.
Este sábado, Mariote, Reburun, Victoriano y el que escribe estas líneas, nos hemos decidido por una salida no muy larga en cuanto a duración, 1h 30min era nuestro plan. Y con ese tiempo y el terreno, hemos ido jugando e improvisando el recorrido.
La gélida temperatura y el fuerte viento que incrementaba la sensación heladora en nuestros atléticos cuerpos, han espoleado nuestros pasos hasta que hemos encontrado poco a poco el temple necesario.
Nos dirigimos hacia las faldas del Castillo de María, y dejando el sendero que sube hacia él a nuestra derecha, hemos continuado a nuestra izquierda hasta llegar al barranco del Sillón, el cual hemos cruzado para toparnos de bruces con la primera de las potentes subidas. Un sendero que nos eleva hasta el cresteo que separa el barranco del Sillón con el de Enmedio.
Caminillo que nos conduce por subes y bajas, con los serpenteantes barrancos unos centenares de metros más abajo de nuestras
zancadas ligeras, hasta enlazar con el sendero que ladeando unos metros por debajo de la plana, une los cabeceros de los barrancos de esta zona. Lo continuamos hacia nuestra izquierda, hasta alcanzar tras varios toboganes boscosos, un nuevo sendero que al seguirlo hacia la derecha nos desemboca en fuerte repecho a los campos de labranza de la plana, entre La Balsa y el Sillón.
Cruzamos a la brava los campos hasta desembocar en el sendero que nos viene de la paridera los Herreros y la balsa. Lo descendemos hacia la derecha para colocarnos así en la vertiente sur del Sillón, al que ascendemos tras echar unos breves bufidos de esfuerzo y satisfacción.
La bajada la hacemos esta vez hacia el barranco de la Dehesa, para alcanzar, tras sinuoso descenso un curioso tramo, justo al pie de los farallones que se descuelgan desde el Sillón y que se rompen al paso del río Huerva. Descubrimos así la sorprendente erosión del río y una escondida vegetación de ribera. Nos encontramos a los mismos pies del Sillón.
La salida de hoy ha dado exactamente para 1h 26 min, 14 km y algo menos de 500 m de D+. Esto no ha hecho más que comenzar!