Alguien dijo que "las palabras las utilizamos para crear la historia de nuestras vidas". Pero hay palabras que no suenan bien. Las palabras se leen, se escuchan, aparecen o se utilizan para plasmar, para intentar transmitir sensaciones, para saber cómo somos. Así, cada cual se da a conocer al resto y los demás podemos visualizar algo tan íntimo y tan difícil de expresar, como lo que uno llega a sentir, lo que se piensa, en definitiva, lo que uno vive.
Hoy en día casi todo el mundo tiene un blog, un facebook, un cuaderno con cuadritos o una hoja en blanco y un boli.....Tiene (perdón, tenemos) un escenario en el que poder compartir, donde poder desnudarse un poco y contar las vivencias y correrías que cada uno hace, que vamos haciendo. En estos días de más tranquilidad y sosiego, husmeando por aquí y por allá, me ha llamado la atención lo diferentes y variopintos que en la "esencia", vamos siendo los que practicamos este deporte. El fondo tan distinto, el porqué y el "para qué" tan dispar que cada uno encuentra en esto del correr por la montaña, del correr en general. He visto frecuente el empleo de términos como "combate, proeza, derribarme, no rendirse, batalla, enfrentamiento, ponerse a prueba, conquistar, héroes, hazaña....".

Todos ellos, empleados para intentar expresar sensaciones directamente relacionadas con salidas a correr por la naturaleza, con entrenamientos relatados casi paramilitarmente o incluso para reflejar las experiencias vividas en el transcurso de tal o cual carrera, (aunque como en muchos casos se comenta, sólo se la han tomado para disfrutar de la experiencia, sin ningún ánimo competitivo....??).
Lo siento, pero no me suenan nada bien, esto enfoques me chirrían desagradablemente. El contacto con la naturaleza, el sumergirnos en ella, ya sea corriendo, andando, en bici, con esquíes, con la mirada, abrazando, con el tacto....hace difícil, para mi forma de ver este asunto, el poder aplicar cualquiera de esos términos. Cómo podemos sentir que nos estamos enfrentando, pensar en que batallamos, en que hay héroes.....¿contra quién? ¿contra qué? ¿por qué?
Es como si lo realmente importante de esas situaciones, el protagonismo de ese escenario en el que se desarrolla el relato, se lo lleva únicamente la persona, un "super macho" que se enfrenta a adversidades de vientos, cuestas empinadas, "..... el dolor no existe", salir a entrenar es como una película de odisea......en definitiva, el ego descarnado y sin florituras.
Difícil que pueda producirse, que pueda existir entonces una conexión, una sintonía con toda esa naturaleza, con esa otra vida que nos rodea.
Palabras, expresiones que dejan al descubierto sentimientos, formas de ver este deporte que indican una manera bien diferente y muy ajena.
Otra visión, ni mejor ni peor, aunque seguramente más pobre y que poco tiene que ver con la que muchos otros compartimos.
Una pena que no haya más influencia de aquel romanticismo que impregnaba a los primeros pirineistas, de esa filosofía que empujaba a aquellos descubridores y vividores de primera línea. Un romanticismo que permite emocionarse con el olor a tierra húmeda del bosque, el zumbar del viento, con la lluvia al caer, del rojo del bosque, del azul o negro del cielo, que nos pone en nuestro lugar, que nos dice a su manera lo insignificantes que somos. Cuando el no llegar a nuestra meta, el no haber conseguido nuestro objetivo, no es ninguna derrota, ni un fracaso.
Nadie vence, nadie pierde, no ha habido batallas. Aquí no, en este lugar no.