Y cuando creíamos que el sol permanecería, por siempre jamás a nuestro lado, cuando ya estábamos convencidos que los otrora tan deseados blanco y frío eran al fin un lejano recuerdo, entonces hemos hincado nuestros frágiles deseos ante la absoluta rotundidad y capricho de la naturaleza. Habíamos pasado tranquilamente del invierno a la primavera, siguiendo la lógica de lo ilógico del destino y en unas horas, breves horas, sin remedio, sin remisión, como por arte de una magia caprichosa, volvemos a encontrarnos inmersos en un día cualquiera de lo más profundo de este invierno.
Los montes del Maestrazgo aparecen cubiertos hoy domingo por un generoso palmo de nieve, ajenos a cualquier deseo o voluntad tanto de corredores que aquí nos hemos juntado, como de organizadores de esta carrera por montaña, la primera de la Copa de Aragón. Insensible a nuestra obcecación por intentar sacar hacia delante lo que en el fondo todos sabemos que no va a poder ser, que es mejor que no sea. La nieve sigue cayendo, pausada, constante, mostrándonos los diferentes tipos y tamaños de copos con los que nos puede sorprender y también, a pesar de todos los transtornos y complicaciones, maravillar, en lo que es ya un adentrado día del mes de abril.
2 comentarios:
Vaya, no habéis podido correr? Lo siento. A ver si ponen otra fecha y ya tengo el pie apañao. Nos vemos
Tronquito
Pues nada Tronquito, a arreglar la avería y a ver si coincidimos en alguna. Cuídate!
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