Sábado 27 de septiembre.
Hay momentos en los que hay que hacer las cosas sin pensarlas mucho, según van surgiendo dices me apetece y hacia delante o no me apetece, pues para otro lado. Así nos tomamos este sábado el amigo Victoriano y yo la mañana, soleada, fresquita, pero entera para nosotros, de las que te gusta saborear sin planes previos, sin horas, sin prisas. Salimos de coll de Ladrones, nos encontramos con Ramón Bellera y su equipo, que parten para terminar de marcar y preparar el KV al Porte que también disputaremos al día siguiente. Nosotros nos adentramos por el valle de Izas, tranquilamente, trotando, andando, sin mayor intención que disfrutar de esta otoñal y soleada mañana.
El valle de Izas es largo y conforme avanzamos, se va abriendo poco a poco hasta terminar en una amplia sucesión de colladas que dan paso a la vertiente de Formigal y de Tramacastilla. A nuestra derecha toda la agreste vertiente norte de la Pala de Ip y Punta Escarra. Soledad sólo compartida con tranquilas vacas y con orondas marmotas que se preparan para afrontar un invierno que en pocos meses nos visitará.
Alcanzamos el collado de Izas y desde allí observamos la cresta Sur del P. Royo, tanteamos la mejor forma de superar esta cara de la montaña, trepamos, algún pasito de los que en invierno se tienen que poner peligrosos y alcanzamos cima, sin tenerlo previsto, simplemente porque nos apeteció.
Regreso pausado, charlando, hablando de todo y de nada, arreglando el mundo. Mañana será otro día, pero hoy desde luego hemos hecho lo que en cada minuto hemos querido hacer, sencillamente porque sí.
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