El Paso de Aspe, es una profunda y agreste barranquera por la que caen las aguas que nacen al pie del Llena del Bozo y del Llena de la Garganta, en su vertiente Norte, para entrar en el bello Bosque de las Hayas o Bois de Sansanet. Rincón con una belleza especial y paso frecuentado por aquellos que emprenden la Ruta de Camille y muchos años antes, por contabandistas y ajenos a la ley.
¿Y si comenzáramos el Camino de Santiago partiendo de este punto? El fresco es ya más que notorio esta mañana de domingo y eso que nos encontramos protegidos del aire que hoy ya ha despertado. El cielo se encuentra más velado, con esa turbidez que suele presagiar la llegada de nubes. Aparecemos, como por arte de magia, al pie del Paso del Aspe, en ese rincón en el que es posible que pueda pasar cualquier cosa y así, siguiendo un bello y resbaladizo tramo de sendero entre hayas, tapizado generosamente de hojas secas y musgo, salimos a las espaciosas praderas donde pastan tranquilamente melenudas y potentes caballerías. Dejamos nuestra breve visita por terreno francés y entramos en Aragón, atravesando una dormida y fantasmal Candanchú para conectar, ahora ya en solitario, con el Camino de Santiago que por mi izquierda viene desde el Somport.
Camino original que ha sido engullido por edificios de apartamentos, por la carretera. Que ahora aparece o desaparece, que cruza. Hay que buscarlo si no se quiere acabar llegando por donde no van los peregrinos. A la altura de Rio Seta es donde por fin se aleja de la carretera para adentrase en un corto tramo de bosque, hasta volver a descender a ella y cruzarla nuevamente. Señalizada con la consabida marca de Santiago y reforzada mediante flechas amarillas hechas casi a "mano alzada".
Mal que bien se va siguiendo la senda, aunque para mi opinión no estaría de más su mejora. Es en el tramo desde el pie de La Raca, en la valla que anuncia un Camping, a partir de donde se disfruta del sendero. Acompañado a ambos lados por bojes, árboles y arbustos voy acercándome hacia Canfranc Estación y continúo por el paseo de los Melancólicos, intentando evitar así atravesar por medio del pueblo. Al final, tras dejar el desvío a la pista del Picaubé a mi izquierda, no queda otra que cruzar las vías del tren y salir a la carretera, a la altura de la presa. Carretera Nacional 330 y sin temor, cruzaré el túnel. Por fin puedo alejarme descendiendo unas escaleras para internarme en el sendero, ahora sí bonito y agradable. Canfranc pueblo, Cementerio, vuelvo a cruzar el río Aragón continuando el sendero, nuevamente la carretera, agachando la cabeza para pasar y volver a pasar, hasta terminar en Villanúa. Buen sitio para dar por finalizada la diferente salida de hoy.
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