GANANDO TIEMPO.

Es siempre agradable encontrarse con  imágenes que  llamen la atención y más si éstas aparecen en lugares o zonas donde  las visitas que se realizan han sido frecuentes y por lo tanto uno llega a pensar que ya está todo visto o que lo ha visto todo. Pero afortunadamente esto nunca ocurre realmente, basta con pararse, olvidar las prisas y mirar. Entonces empiezan a surgir, inesperadamente. Están allí y allí llevan durante largo tiempo, pero invisibles a nuestros atolondrados ojos.

Otras veces, ocurre que sí, sabemos sobradamente que están y las tenemos vistas, las hemos contemplado cientos, miles de veces, pero cuando nos metemos dentro de su imágen relajadamente, sin prisas, gastando tiempo (...o sería más certero decir "ganando tiempo"), nos  sorprenden. Unas veces por la diferente luz del momento, una capa de nieve que ahora cubre lo que antes estaba desnudo, otras por una nube que cruza la montaña, una especial nitidez en el paisaje, una pequeña prímula que ilumina la linde de ese sendero que la última vez aparecía helado, la cueva a cuyo pie has pasado corriendo repetidas veces sin reparar en ella.
Sí, estaban allí y seguirán estando. Habrá que detenerse y encontrarlas. Hay que ganar tiempo.