A vueltas con las reflexiones que van surgiendo con esto del correr, me di cuenta no hará muchos días, que presentaba todos los síntomas de una enfermedad de la que no sé su nombre. Sus síntomas son silenciosos, permanecen latentes y no te das cuenta de que la infección la tienes hasta que te sorprende la dificultad de hacer algo tan sencillo como asistir a una carrera con el único propósito de correrla, sin importarte la posición final en la que puedas quedar. Y digo que estoy infectado ahora por algún virus o por la etiología que fuere, porque hace unos cuantos años esto no me pasaba, sus síntomas o manifestaciones no aparecían en ningún momento durante aquellos días. El correr, era una experiencia diáfana, en donde la única sombra que aparecía era la duda de uno mismo preguntándose si sería capaz de resistir, simplemente de si se es capaz de terminar esa prueba o no.
En cuestión de menos de una semana, he pasado de plantearme la asistencia a una carrera como un mero trámite, un entreno sin más, sin presión alguna por tener que estar en una posición final concreta, y repentina e inesperadamente (creía que lo tenía totalmente claro y decidido) volví a sentir esa inyección de adrenalina que enciende algo en tu interior y te transforma, un "otro yo" se despierta repentinamente y te susurra de manera malévola y convincente que a tope, a darlo todo, si vas, vas a por todas, que si vas, vas a ganar, ya llegaran tiempos en los que no puedas, los entrenos para disfrutar se hacen entre semana........es la infección que se ha activado y una vez que brota no hay forma de pararla.
Esta enfermedad excita el lado más oscuro de uno, tal vez el más primitivo. Yo no era así.......¿o sí? ¿No tendría la enfermedad de nacimiento? ¿No sería activada por el mero hecho de levantar un día una mano con una medalla? ¿No estamos todos infectados desde que nacemos y no lo sabemos?
Esta enfermedad excita el lado más oscuro de uno, tal vez el más primitivo. Yo no era así.......¿o sí? ¿No tendría la enfermedad de nacimiento? ¿No sería activada por el mero hecho de levantar un día una mano con una medalla? ¿No estamos todos infectados desde que nacemos y no lo sabemos?
Han pasado varios días ya desde que escribí la primera línea de esta entrada. La verdad, no me importa el estar infectado. Seguramente también afecta al claro y santo raciocinio de la persona, por eso seguramente escribo estas cosas. Porque es agradable esa sensación de perversión, de cierta maldad, de reconocerse como un enfermo declarado y no latente.
Con el amigo Iñigo Saez, Vitoria 2010 Campeonato de España por equipos. Un día en el que estábamos los dos muy infectados. |
9 comentarios:
Buena entrada!! Yo más que infectado creo que soy enfermo terminal...
Otro que esta enfermo desde hace 25 años. Es una enfermedad causada por una adición de la que es dificil salir y cuya droga es seguir compitiendo.
Mariote
Es reconfortante ver que padecemos el mismo "mal".
pues yo estoy tan infectado que no se me ocurriria ir a una carrera a no hacer otra cosa que partirme el pecho y romperme la camisa. como dicen en las reuniones de alcoholicos "te queremos manuel"
por alla por noviembre del 2009 ya padecias la enfermedad, que yo recuerde...
un gustazo leerte, como siempre¡¡¡¡
Pachi,en el 2009 ya lo estaba, ya! Creo que desde el 2007, la primera vez que gané algo, en las "Cuestas de Gavin"....aún no me afeitaba la cabeza, je, cómo pasa el tiempo.
Osti Manu, esta semana me he rapao el craneo.. Estaré empezando con los primeros síntomas ?!?!?!
Eso es buena señal perroJuan, cómodo irás un rato! Viva la peladilla!
Continua siendo lo que ahora eres, hasta que tu interior te dicte grabar en piedra:
"Yo que fui lo que tu eres, tu que seras lo que yo fui. Que ambos somos lo que somos, que todos somos un fui"
Las carreras son siempre, y que nunca dejemos de correrlas.
Salud y montaña, brother.
Bonitas y sabias palabras brother. Se agradece. Un abrazo.
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