El encontrar una salida al monte en la que aparezca, aunque sea en pequeñas dosis, todo aquello que quisiéramos saborear en una jornada de esquí de montaña, es haber descubierto una pequeña joya, un tesoro que cada cual guardará en su memoria y volverá a sacar, una y otra vez, para disfrutar de ella.
Enlazar las cimas del Pico Royo y del Pico Culibillas, a cuyos pies se encuentra la estación de Formigal-Anayet, en invierno y con esquíes, representa una salida de ese tipo, una clásica. Caras norte, empinadas laderas, pequeños corredores para alcanzar la cima, sin mayor dificultad que la de encontrarse de principio a fin inmersos en un ambiente invernal, de alta montaña, en el que agradeceremos desembocar al final en el calor de la vertiente sur, soleada, bondadosa. Cornisas que, con imaginación, nos permiten viajar a otras cordilleras, crestas que separan norte y sur, invierno y primavera. Si la nieve se encuentra en perfectas condiciones y la meteorología se pone de nuestro lado, esta "clásica", puedo asegurar que permite alcanzar la felicidad.
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Comenzamos |
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Balaitous, Frondiellas, observan a nuestra espalda |
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P. Royo, nuestro primer destino |
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Lógico el itinerario a seguir en el descenso. |
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Hacia el Culibillas |
CLÁSICA FELICIDAD. from
Manumar on
Vimeo.
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