"Las crestas del infierno" es un nombre atractivo, duro, con gancho para una carrera por montaña y al que, desde luego, no le desmerece para nada el nuevo recorrido de esta preciosa y recién nacida carrera, que por un sendero arduamente limpiado y habilitado por la organización, nos va aupando desde la población de Gavin (Huesca), por empinado bosque hasta las verdes lomas de las crestas del Puñero, subiendo en apenas 9 km hasta la cima del Pico Sarasé (2.200 m). Todo lo que se sube hay que bajarlo y para ello la carrera discurre por una bajada bastante técnica, en la que los tobillos tienen que andar ágiles y saber trazar en flanqueos a derechas e izquierdas, o bien de los de todo tieso para abajo hasta completar mediante senderos, algún tramo de pista y más sendero los 27 km y 1.700 m de D+ necesarios para regresar de nuevo hasta Gavín. Perfecta la organización, casi casi fenomenal el marcaje, si no fuera por esos tramos marcados con cinta blanca que aunque parezca raro, se ven peor en el monte. En definitiva una carrera de las duras, que sorprendentemente para ser su primera edición, reunió a más de 150 personas en esta opción larga y 50 en su versión más corta de 19 km .
No tengo palabras sobre el paisaje, y no es una frase de admiración hacia la belleza del mismo, más bien es la simple literalidad de la misma. Mi carrera fue un continuo mirar al frente en las duras subidas, un mirar al suelo en las bajadas para comprobar que seguía por el buen camino, para que el traspiés o el tropezón, fueran sólo una posibilidad y no una realidad. Salvo en la subida hacia el Sarasé, en donde me obligué a lanzar varias
miradas de reojo hacia la imponente cara Sur del Sabocos y a lo largo del cresteo, en donde los farallones nevados atraían irremisiblemente nuestra mirada. Una sóla vez miré hacia atrás, suficiente para percatarme que el amigo Samuel iba resoplando cada vez más cerca de mis espaldas. Sabiendo que el descenso y el falso llaneo eran el terreno con el que nos teníamos que ver en la segunda mitad de la carrera y que mis fuerzas no estaban sobradas para carreras tan largas, "no tuve más remedio" que aceptar la compañía de Samu. Algunos amagos para intentar dejarnos el uno al otro a lo largo de los últimos 10 km, larguísimos 10 km por sendero, ahora aprieto yo a ver si te quedas, ahora aprietas tú a ver si me quedo. Surge un punto de tristeza al tener que acabar una carrera tan larga al sprint y además con un amigo como Samuel, pero es lo que tiene llevar pinchado un dorsal en la camiseta. Espero Samu, que podamos hacer otra vez este recorrido juntos, sin carrera por medio y pudiendo entonces sí, disfrutar de lo que tiene que ser un recorrido precioso.
Sólo un pero, sólo un desacuerdo, una "roñada" como me gusta llamar. No es nada nuevo, siempre ha pasado y seguirá pasando, pero llega un momento en el que conviene hablarlo. Mi roñar va dirigido a los criterios de las carreras para establecer los premios según las categorías. Un premio, como su propio nombre indica, sirve para premiar, para reconocer mérito a una persona. En esta prueba se dió la casualidad, que de los seis primeros clasificados en la absoluta, cuatro éramos veteranos, que ya tiene tela el asunto y nos indica bien a las claras la marcha que llevamos en nuestras piernas a pesar de lo añicos y de las canas el que puede lucirlas. Los premios no deberían ser acumulables, cuanto más los repartamos, más justos seremos con todos los que participen en una prueba. Más fiel a su función, más próximos al verdadero objetivo que tiene el premio.
El primero de una clasificación absoluta es el mejor de la carrera sin duda alguna, el segundo es el segundo y el tercero, pues tercero. Se tengan los años que se tengan, y ya no hay más premios que acumular. Recordemos que estamos en carreras por montaña, que venimos a lo que venimos, a sufrir y disfrutar con este deporte. No son premios en metálico con los que ponernos los dientes largos, ni titulos más o menos duraderos, en muchos casos se trata de un trofeo y unos aplausos. Suficiente. Si no hubiera habido acumulables, en esta ocasión, dos enormes corredores veteranos más, hubieran sido "premiados", como entiendo que, sobradamente se lo merecían. Es simplemente una opinión. Para mi sería bonito que cada vez más pruebas pusieran en sus reglamentos tres sencillas palabras "Premios no acumulables".
El primero de una clasificación absoluta es el mejor de la carrera sin duda alguna, el segundo es el segundo y el tercero, pues tercero. Se tengan los años que se tengan, y ya no hay más premios que acumular. Recordemos que estamos en carreras por montaña, que venimos a lo que venimos, a sufrir y disfrutar con este deporte. No son premios en metálico con los que ponernos los dientes largos, ni titulos más o menos duraderos, en muchos casos se trata de un trofeo y unos aplausos. Suficiente. Si no hubiera habido acumulables, en esta ocasión, dos enormes corredores veteranos más, hubieran sido "premiados", como entiendo que, sobradamente se lo merecían. Es simplemente una opinión. Para mi sería bonito que cada vez más pruebas pusieran en sus reglamentos tres sencillas palabras "Premios no acumulables".
3 comentarios:
Manu, enhora-guena !
El que acumuló los premios, a este paso, va a necesitar un bufón que se los lleve ..... jjajjjaja .... cualquier día le hacen marqués .... qué poco hemos cambiado en 100 años.
Que gran político se ha perdido Manu....no esta lejos el día en que nadie se pueda llevar mas de un premio en una carrera de montaña.
Es cuestión de que si las organizaciones no están a la altura en ese sentido lo estén los propios corredores que los reciben y seguramente serian mas queridos y respetados, que a mi humilde parecer no hay mejor premio que ese.
Enhorabuena por tu carrera, esta vez me fue imposible seguirte, ibas muy fuerte
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