Tras algún que otro titubeo en cuanto al destino de hoy, más debido a la abundancia de planes en nuestra cabeza que a cualquier otra razón, mi hermano Carmar y yo, nos dirigimos al Petit Arriel (2.683 m). No es ni la primera ni la segunda vez que subimos a esta modesta cima, pero sus vistas, su comodidad de acceso y el tener una "esquiada" disfrutona, hacen de su repetición una salida perfecta..........eso y el que la última vez, allá por el 2009, nos tuvimos que dar media vuelta en el collado de Sobe.
Hemos madrugado lo suficiente (bastante) para poder estar a las 8:45 h ya con todos los "bártulos" en la mochila y caminando. El primer tramo desde el Caillou de Soques, nos permite ascender por un precioso y empinado sendero boscoso. Brotes verdes de bulbos, ramilletes multicolores de florecillas, variados trinos, arroyos cantarines. Es simplemente la primavera, que ha llegado ya a la montaña.
Alcanzamos rápidamente la entrada al valle de Arrious. La cota de nieve nos aparece un poco más alta de lo que esperábamos, sobre los 1.700 m.
Siempre que hemos visitado este "perfecto" valle en invierno , los restos de algún potente alud cruzan el camino normal de ascenso (digo lo de perfecto, porque por su morfología se merecería estar en esa foto de los antiguos libros de Geografía, para ilustrar lo que es realmente un valle). En esta ocasión los restos de aludes son muy numerosos, lo que nos da una idea de las abundantes nevadas, seguidas de lluvias y calores de estas últimas semanas.
La nieve es mucha, está blanda y es gracias al ir con esquíes, el que podemos hacer una rápida y cómoda ascensión. Sobre todo si lo comparamos con el enorme esfuerzo que se ve a algún grupo de montañeros, con los que coincidimos, y que van con la misma intención que nosotros pero...andando.
Llegamos al collado de Sobe, por el que pasamos a la vertiente española que da a la zona de La Sarra y en evidente flanqueo a nuestra izquierda, remontamos hasta el collado de Arriel entre el P. Arriel y el Petit Arriel.
Durante todo el camino nos ha acompañado una insistente brisa, que poco a poco se ha ido envalentonando, hasta convertirse a estas alturas en un fuerte y fresco viento que hace bastante desapacible la estancia. Últimas rampas hasta la cercana cumbre en donde nos juntamos ocho personas. Muchos para la escasa capacidad de su cima, lo que junto al aire, las tablas, las mochilas y las cornisas con nieve blanda, hacían de nuestros movimientos algo incómodo y peligroso.
Fotos, miradas al horizonte, guiños a nuestros próximos objetivos. Procedemos a las habituales operaciones previas a todo descenso (guardar focas, ajustar botas, ajustar fijación....), tensión en los primeros giros hasta comprobar que la nieve está perfecta, manejable, se deja hacer. Sólo puedo decir que algunos tramos durate la bajada han sido gloriosos. Seguimos apurando el descenso, paladeando cada giro, intentando prolongar esta sensación tan agradable de placer que te da el esquí de travesía.
Llegamos al coche sin prisas, con el horario a nuestro favor y sintiendo el ritmo tranquilo de esos días que cunden y dan para mucho.
Llegamos al coche sin prisas, con el horario a nuestro favor y sintiendo el ritmo tranquilo de esos días que cunden y dan para mucho.
2 comentarios:
Guapo video. Y vaya aludes!!!
El Arriel con nieve se ve cañero de cojones!!!
Hi brother, aún tengo el regusto de la salida. Con el video que has montado se revive. En verdad que fue bonita. Vamos, que Monrasín la ha definido perfectamente en una sola frase.
Ah, tengo el Office 2007, y gracias por "mostrar el camino" en tu página, con ello se ha avivado la mía. A ver si dura.
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