domingo, 26 de junio de 2011

UNA DE IBONES. POR EL BALNEARIO DE PANTICOSA.

Hoy era un día tranquilo, no teníamos ningún objetivo de envergadura en nuestra cabeza. Hoy tocaba simplemente andar y mirar. Perdernos por una zona del Balneario a la que raramente nos acercamos, por su lejanía, porque las cimas principales o de mayor envergadura no se encuentran por allí, porque hay otros caminos más rápidos o cortos para acceder. Tocaba pues una jornada sin prisas, pero con pocas pausas.
IBON DE BAÑOS, EL INICIO.
El Balneario nos sorprende, los aparcamientos a las 8:30 de la mañana están llenos de coches. Para un mes de Junio no está mal y es señal de que la gente ha venido a pasar unos días por estos hoteles, lo cual, tampoco está mal.

Carmar y yo, nos dirigimos con paso animoso y zancada decidida. La idea es hacer un recorrido circular, saliendo del Balneario, para visitar la zona de numerosos ibones que se van extendiendo al pie del P. Serrato y Xuans, y ya que estaremos por allí, subir a una de las cimas de los Dientes de Batanes, a la más fácil, la cima W.

Durante la primera parte del recorrido,  es un contínuo adelantar a grupos de senderistas que deben tener como objetivo la zona de los ibones Azules o incluso de Los Infiernos. Como he dicho, nuestro paso es ligero, con algún trote en los llaneos y bajadas del camino. Es curioso cómo con el paso de los años, la antaño temida "cuesta del fraile", importante desnivel que hay que superar antes de llegar al primero de los ibones que vamos a visitar, el de Bachimaña, se ha convertido en una llevadera cuesta que no ofrece mayor esfuerzo para superarla. Vamos por el camino común hacia los ibones Azules, aún a sabiendas de que es algo más largo que el sendero de la otra orilla, el que arranca del nuevo y recién construido refugio de Bachimaña.

El nuevo y todavía cerrado refugio de Bachimaña.



Bordeando el gran ibón de Bachimaña. Poca agua en los ibones y poca nieve en altura. Malo.
Una vez llegados al desvío en el que el camino que va hacia Los Azules-Infiernos, se separa del que se dirige hacia los ibones de Bramatuero, el encuentro con congéneres se convierte en un suceso más escaso. Ni una pizca de aire, un sol luminoso que hace brillar con nitidez la superficie de los numerosos lagos o ibones por los que vamos, una subida agradecida, tendida, sin desniveles bruscos, temperatura que nos hace sudar lo justo.


Subiendo al ibón superior de Bramatuero, al fondo los inferiores.

Bramatuero inferior, Bramatuero superior. Llegamos a la inmensa "planicie" (je,je) que da acceso al valle del Ara por el collado del Letrero, salpicada de numerosos lagos, laguitos y laguetes (Charcas de  Luniacha) que acompañan nuestro avance hacia el collado entre el Xuans y los Dientes de Batanes, siempre al pie del P. Serrato. Entramos en una zona de caos granítico, el sendero ya no existe y sólo nos queda hacer caso a la lógica y subir hacia nuestro destino.

Ibón superior de Bramatuero. Al fondo a la izda. el P. de las Neveras, el collado del letrero y cuello de los Batanes.



P. Serrato y una de las charcas de Luniacha. A la izda. el collado de Xuans y Batanes.

De tanto en tanto, la aparición de un mojón o de señales pintadas blancas y negras, nos confirman lo atinado de nuestro rumbo. A nuestras espaldas (qué importante es echar siempre un vistazo a nuestra espalda) se va extendiendo un amplio y generosos paisaje de montañas fronterizas (Muga, Marcadau, Peterneille, Aratille). Todavía persisten heleros que nos obligan a pisar su blanda nieve.

Vamos así, poco a poco, sin agobios, disfrutando de nuestro paso constante, ganando terreno hasta alcanzar la fácil cima W del Diente de Batanes (2.878 m). El Vignemale aparece majestuoso, aunque no tan próximo como pensábamos encontrarlo. Todavía con nieve en sus corredores. La vista es amplia, extensa. El resto de cimas de los Dientes de Batanes aparecen frente a nosotros. Vías complejas y dificultosas. Nos alegra el que no entrara en nuestros planes de hoy el subirlas.

Siempre gencianas.
El resto de la "dentadura" de los Batanes.


Un helicóptero naranja aparece repentinamente por el Sur. Algún rescate, pensamos. No, más bien nos da la impresión de ser un vuelo con algún grupo de turistas. La escena se aclara cuando, unos cientos de metros a nuestros pies y tras unos instantes de perplejidad por nuestra parte, se posa en la orilla del ibón superior de Labaza y descienden..........una pareja de novios recién salidos del altar!! Unas cuantas fotos para su reportaje, seguramente un beso de amor. Ya no hay fronteras ni imposibles!! Les deseamos felicidad desde las alturas.

Tras reponer fuerzas, continuamos hacia el Balneario, unos 1.200 m más abajo, directos. Terreno duro, roto, de grandes bloques, que en franca diagonal hacia nuestra izquierda nos va descendiendo y mostrando los bellos ibones de Labaza (superior e inferior), y el intensamente azul de Serrato.



Vertiente de Labaza, por donde descenderemos.
Precioso el ibón del Serrato.

La roca va cediendo su terreno al rododendro, al bosque. El calor aprieta y el agua para poder llenar nuestros secos bidones escasea por esta vertiente. Agradecemos el llegar al sendero que sube hacia los ibones de Brazato, ahora ya no hay más que seguirlo en constante y rítmico descenso.



Habrán sido unos 1.200 m de D+, que en subida hasta la cima se reparten en los primeros 16 km, mientras que los 1.200 m de D-, se hacen en unos 5 km de bajada.
Tras siete horas de caminata, zancada ligera y correteo, hemos recorrido unos 21 km para volver a nuestro punto de partida.


En verde, el itinerario seguido.



domingo, 19 de junio de 2011

BARRANCO DE LA BALSA, DE PRINCIPIO A FIN.

Tenía una labor pendiente, y no sé cómo ni porqué, había pasado demasiado tiempo sin llevarla acabo. Siempre que me metía en el barranco de La Balsa, lo abandonaba por el camino que viene de La Plana de La Balsa (o va, según se mire), como si ya no hubiera más sendero que seguir. Así que este sábado me había propuesto terminar lo que ya unos días antes había comenzado, conocer todo este barranco en su integridad, desde abajo hasta arriba, de principio a fin, hasta su cabecera. Durante los primeros  4 km (saliendo del parque de María de Huerva, en la C/ del Río), el terreno es el ya conocido de tantas otras veces, barranco principal del que salen los diversos senderos que se adentran en otros barrancos, los que suben por los cresteos, los petroglifos, el bisonte.

 Llegados al último punto en el que siempre abandonaba el barranco, un claro y evidente sendero continúa más allá de la curva (gracias a los "moteros" que se han adentrado por estos andurriales, aunque todavía no me he cruzado con ninguno en mis salidas por estas zonas).

El barranco va encajonándose y retorciéndose, la humedad existente en el suelo del fondo (aunque no visible), permite el que en estos momentos del año, todavía exista buena y verde vegetación. Un primer barranquillo y algo más adelante otro segundo, vienen a morir por nuestra izquierda al barranco principal. Hay que seguir hacia la derecha en estos momentos de duda.



Dudas al ver un posible sendero a la izquierda, sigo por la derecha.










Un pequeño tramo con alguna que otra zarza y matorral espinoso muy bien dotado, hacen que me ponga, durante unos breves momentos, un pantalón largo que previsoramente llevaba en la mochila. Llegamos así al tramo más característico y profundo, el barranco se hunde y encajona ante una pared de yesos, piedras y estratos que obligan a salvar lateralmente y con cuidado una pequeña poza verde, a la que dentro de unos pocos días, los calores se encargarán de ir evaporando todo su contenido, hasta hacerlo desaparecer.






Poco a poco vamos dejando atrás la sensación de profundidad y el sendero va entrando en la parte alta, con abundante pino de porte medio y frondosa vegetación. Llegados al km 7 (aproximadamente) desde el inicio, el sendero gira bruscamente a la izquierda y sale del barranco por el que subíamos. Mi curiosidad hace que continúe el cauce, ya sin sendero, con la intención de ver qué es lo que nos podemos encontrar ¿es probable que se llegue a La Plana también por aquí? los molinos se ven realmente próximos. Pero a los 500 m decido dar la vuelta, lo que me parecía sendero, no es tal y además, el paso se encuentra obstaculizado por un montón de espinos de diverso tamaño y porte. Regresemos mejor hasta el punto en el que el sendero marca claramente la salida.


Desde aquí, la senda continúa por entre el bosquecillo de pinos, salvando a media ladera y en tortuoso trazado los dos barranquillos, de los que anteriormente he comentado que desembocaban en el principal de La Balsa.

Estamos ya en senda corredera.

¿Restos del glaciar de La Balsa?

¿Cascadas de hielo?

Nos encontramos con senderos entre pinos, protegidos del aire y de la solana.

Una vez hemos salido del barranco, las posibilidades de enlazar este tramo realizado con otros de la zona, son múltiples: hacia el P. Salina, regresando al barranco de La Balsa por el Bº de los Pozos, por el de La Sal, por sendero hasta la urbanización de Cadrete. En esta ocasión, lo encadeno por el cresteo y descenso que va al Nisupu (exigente y técnico descenso de los btt más "alocados").
Bajando por el Nisupu
Tras 16 km, en los que se me han ido 2h 15 min, sin prisas, disfrutando de esas extrañas sensaciones que aparecen cuando uno pisa por primera vez una senda, observando, escuchando, imaginando.


Croquis "apañadico" y "escoscao"

lunes, 13 de junio de 2011

TOZAL DE GUARA. LA CARRERA POR MONTAÑA.




Al mismo pie de la cara N del Tozal de Guara, se asienta el pequeño pueblo de Nocito (Huesca). Hay que reconocer que en esta época del año (al igual que en el otoño), el verdor y la humedad de esta primavera, resalta más la belleza de todo este entorno.

Pocos días al año debe alterarse la habitual paz y tranquilidad con la que, me imagino, transcurre la vida en este bonito rincón de la Sierra de Guara. Este año coincidía la festividad durante estos días de nuestros vecinos franceses (asíduos de estos lares) y la celebración de la cuarta carrera al Tozal de Guara, en Nocito. La demanda de servicios de tanto personal presente el sábado y la escasez en la oferta, tiene como consecuencia,  un curioso y extendido fenómeno de "adelanto en el calendario", de tal forma que aún siendo junio,  algunos deciden aprovecharse e instaurar ya, de la manera más natural el mes de agosto.
 Centrándonos en la carrera, a mi me sigue pareciendo como la "esencia" de una carrera por montaña. Su distancia, sobre el papel, no es ninguna barbaridad, sólo 21 km y no tiene más misterio que subir a lo alto de una montaña (el Tozal de Guara) y bajarla, así de simple, 1.400 m para arriba y 1.400 para abajo. El que quiere disputarla, acabará cansado y castigado, como en todas las carreras que uno disputa. Pero además de todo eso, tiene algo más, sencillamente es bonita, es montañera, es acuática, tiene una subida de "aupa" y una bajada directa en la que, conforme se va acercando uno a la meta, debe ir extremando el cuidado, para evitar peligrosos tropezones producidos por la merma de facultades debida al cansancio o inoportunos resbalones causados por al abundante agua que escurre y rezuma por el sendero.


Como siempre, el ambiente que rodea a la carrera el día de antes y el mismo día (pre-durante-post) entre los corredores y acompañantes, justifican plenamente un fin de semana en este bello rincón.


Instantes antes de darse la salida.....











.....tensión, concentración, suerte para todos....
s.


Reburun, 4º General


Manumar, 9º General. 1º veteranos.

Victoriano, 16º General. 3º veteranos


Antonia, 5ª femenina.

 

PODIUM ESPECIAL

lunes, 6 de junio de 2011

BARRANCO DE LA BALSA. ACLARANDO LAS IDEAS.

El famoso bisonte del barranco de La Balsa
Curiosas semejanzas

Este sábado tocaba una salida próxima, con rápido regreso. Aprovechando que iba sólo y sin ningún ánimo por hacer nada del otro mundo, he ido al Barranco de La Balsa (María de Huerva-Zaragoza). En esta ocasión pertrechado con tecnología punta (un trozo de papel y un lapicero) y la cámara de fotos, con la única idea de poder hacer un croquis y sacar alguna foto de los senderos que nacen o desembocan en este barranco. Aclarando y ordenando un poco una parte de los senderos y recorridos hechos a lo largo de los múltiples entrenos  en esta zona.

Croquis general de los senderos de la zona de los barrancos de María. Tecnología "Amanoalzada".
En negrita, el recorrido seguido en esta ocasión.

FOTO A.    Primeras posibilidades.


FOTO B.   Cruce de sendas, justo en el petroglifo o piedra característica.
Petroglifo de La Balsa.

Otro más, éste es el tercero.
FOTO C.   Zona de pozas, antes de llegar a la siguiente zona de desvíos. El pequeño sendero que se ve, se une por encima del Bº La Balsa a una variante del que viene desde el cruce del petroglifo.

FOTO D.     Comienzan a aparecer los barrancos, al de La Sal y al Nisupu.
FOTO E.       Entrada al Bº los Pozos.

FOTO F. Justo a la altura de una gran piedra, sale un sendero de la derecha. Así salimos de La Balsa en su mitad de recorrido y ganamos altura hasta el sendero de cresteo que viene desde el "petroglifo" del principio.
FOTO G. Vista hacia atrás.
FOTO H. Por el sendero de la izda. se llegaría a los campos de La Plana de la Balsa, desde allí se puede conectar con la Balsa (a la izda) o ir hacia el Sillón siguiendo la plana. Por la derecha comenzamos con corto pero fuerte descenso, el bonito sendero cabecero de los barrancos (Bº Enmedio y Bº Sillón)
FOTO I. Bifurcación, por la derecha regresaríamos cresteando al cruce del petroglifo. Por la derecha seguimos acercándonos al Sillón.

En esta ocasión la enorme humedad que había en el ambiente, aconsejaba salir del barranco de la Balsa ya que uno no está para muchas "saunas" y escaparse hacia lo alto por una de las crestas (en esta zona "cresta"  es sinónimo de "repechón") que permite recorrer la zona por un ambiente más aireado.

Múltiples combinaciones, dificultades, gran variedad de recorridos y de dureza. Todo esto es  lo que podemos encontrar en estos parajes tan cercanos a Zaragoza en los que poner a punto las piernas.