lunes, 29 de agosto de 2011

KV DE SIERRA NEVADA. TOCANDO EL CIELO DE GRANADA.


Allí está. El Veleta. Tenerlo al final delante de las narices, silueta vista en mil ocasiones. Con una altura de 3.394 m , hacen que se le mire con respeto. También es curioso el que la cara que tenemos delante sea la Norte, y a diferencia de otras montañas, aquí lo Norte es más suave y menos abrupto que la cara Sur. Es cuestión de darle la "vuelta" a los esquemas asentados en la cabeza.
Desde la estación de Sierra Nevada, el itinerario de la carrera es franco y visible,  se asciende por lo que en invierno debe ser una agradable pista de esquí, hasta  unos escasos doscientos metros por debajo de la cima del Veleta. Ahora es praderío sureño, sobre roca pizarrosa. Sé que la carrera va a ser rápida ya que el primer kilómetro largo, transcurre por terreno que permite correr y que nos obligará a correr.
Mucho nivel en la línea de salida, parece que Granada es un buen destino para, con la excusa de la carrera, aprovechar y pasar unos agradables días haciendo turismo.

Caras conocidas antes de comenzar la carrera. Con Luis Alberto Hernando y Miguel Caballero (1º y 2º de la carrera)



























Charla con el amigo "Salvi".


Nervios iniciales, búsqueda de caras a controlar.  Minutos de calentamiento para ir subiendo pulsaciones.
Calentando con Maribel Martinez (1ª Veterana en la
clasificación final)

Salimos a las 10:30 h desde una estación que está inmersa en su particular "hibernación estival". Rápidos primeros tramos en los que tras unos inicios de duda entre apretar y pasar, o ser cauto y guardar, decido apretar y estar delante. Hacer lo que "vieres". Si el de delante corre, yo corro. Aunque  suponga un esfuerzo extra y no vaya cómodo. No me gusta correr en este tipo de pendientes. Si vas andando te pasan por todos lados y si corres......si corres se te ponen las piernas como piedras. Hay que consolarse pensando que a todos les pasará lo mismo. La carrera se ha estirado ya, cada uno ha cogido su ritmo. Llegamos  al tramo donde todos andamos, nuevamente la mirada fija en el suelo, en las zapatillas del delante. Otra vez se echan a correr, pues a correr! Pesan las piernas.





Me adelanta la primera chica (Laura Borgué), hay que coger su ritmo. Se nota que va fenomenal, pierna larga. No soy caballeroso, lo siento ¡ya me hubiera gustado darle algún relevo!. Me aprovecho de su ritmo, intento no dejarla. Aunque voy pegado a ella, al final viene un nuevo tramo en el que se puede correr y se va.

Tengo la tentación de mirar para atrás, ver cómo va Salvi (otro corredor veterano que quedó segundo en la Cara Amón y con el que he estado un rato hablando antes de la salida). No hay que mirar todavía, sólo seguir a este ritmo como mínimo. Laura se va, pero también adelanto a algún corredor. Llegamos por fin al último tramo, para todos es el más duro,  para todos por encima de los tresmil metros. Ahora sí vuelvo la cabeza y veo a Salvi tan sólo a cuatro posiciones por detrás. 
Quedan los últimos cien metros de desnivel. Bloques cada vez más grandes, el esfuerzo hace ya que la torpeza aparezca para superar los últimos metros. Fuego en la garganta y por fin los gritos y ánimos se hacen oir. Últimos bloques y se acabó.



Montaña civilizada por esta vertiente, que permite llegar hasta aquí en cómodos funiculares. Abrazo con la familia que ha llegado tan sólo unos minutos antes.


Prefiero descender trotando, mirando lo que no se ha podido mirar antes. Reposando el pulso  y tranquilizar el pensamiento. En estas carreras se altera y dispara todo, para, de forma sorprendente, volver a la normalidad tras unos minutos de pausa.

Podium Veteranos: 1º Manuel Martos. 2º Antonio Mudarra. 3º José Tomás Selles.



miércoles, 24 de agosto de 2011

martes, 23 de agosto de 2011

LA VUELTA A LA CORONA DEL VIGNEMALE.

Al año de haber comenzado a practicar este emocionante deporte que es el "correr" por la montaña, uno ya se da cuenta de cómo se le han roto todos los esquemas que durante años había ido formando como montañero habitual. Horarios, indumentaria, calzado, pesos en la mochila, lo que es prescindible y lo que no lo es. Empiezan a surgir entonces proyectos y rutas para hacerlas en una sóla jornada, algo impensable si se contempla hacer de la forma más clásica. Así es como la idea de dar la vuelta al macizo del Vignemale comienza a tener su hueco en la cabeza, pasan algunos veranos en los que por un motivo u otro, el proyecto queda sin realizarse, lo que sirve únicamente para que la idea primitiva siga latiendo pero también  para que se singularice un poco.
¿Porqué no dar la vuelta al macizo del Vignemale, pero por arriba, por sus cimas, en vez de hacerlo por  los collados?
Vista desde el P. Central de gran parte del recorrido para hacer: collado de Cerbillona a la izda., Clot de la Hount, Pique Long, Piton Carre, Pico Chaussenque, Espalda Chaussenque......

El recorrido está claro, comenzar desde San Nicolás de Bujaruelo (1.338 m) y dirigirse por el Valle del Ara hasta la cabaña de Labaza (a mitad de valle) y allí ascender por el corredor de la Moskowa hasta el collado de Lady Lister (3.200 m), una vez allí crestear todas sus cimas hasta el Refugio de Bayssellance, a excepción del Montferrat, que ante la duda con los horarios creemos que alargaría esta vuelta en más de 1 h entre ida y vuelta y se quedaba  por lo tanto, fuera del recorrido planificado. Una vez en el refugio, enlazar con el recorrido de la vuelta clásica hasta el Barrege d,Ossoue y regresar a Bujaruelo por el ibón de Bernatuara.

Así pues, la idea estaba viva, y sólo se tenía que disponer de un día metereológicamente perfecto. Tenía que ser este verano, este año.


El sábado 20 de agosto todas las piezas encajaron perfectamente y Victoriano, Reburun y yo salíamos a las 6:30 a.m. de San Nicolás de Bujaruelo. Aprovechamos para ir correteando por los primeros tramos hasta plantarnos en la cabaña de Labaza en una hora y media aproximadamente. Titubeos iniciales para encontrar los mojones que nos subirán hacia el corredor de la Moskowa. Nos sorprende la relativa comocidad de este itinerario, tramos de sendero y sin pérdida. Adelantamos a un montañero con su perro y a una pareja que había vivaqueado en la zona. Sin darnos cuenta amanecemos al pie de la marmolera. El corredor de la Moskowa es una chimenea a la que se llega por una pedrera empinada, sin dificultad reseñable. En el paso algo más complicado hay colocada una estratégica cinta para que uno pueda agarrarse y superar el tramo fácilmente. Se sale así a una cresta por la que ganamos los últimos metros hasta el collado de Lady Lister, entre el P. Central y el Cerbillona. Ante nuestros ojos todo el glaciar d,Ossoue, impresionante. Comenzamos la segunda parte del día, la que será más técnica, el enlazar todas las cimas evitando pisar el glaciar. Subimos, bajamos, vamos pasando por las sucesivas cimas bajo un cielo tremendamente azul. A las 10:30 h estamos en la primera, el P. Central (3.255 m), continuamos hacia el Cerbillona (3.247 m), Clot de la Hount (3.289 m), Pique Longue (3.298 m), Pitón Carré (3.197 m), Punta Chausenque (3.204 m), Espalda Chausenque (3.154 m) y Petit Vignemale (3.032 m).

El recorrido va ganando en intensidad. Mientras las primeras cumbres como el Central, Cerbillona, Clot tienen escasa dificultad, el tramo del Clot al Pique Long, presenta una divertida  y sencilla trepada para sortear los gendarmes de su cresta. De la cima del Pique Long descendemos al glaciar y con suerte de no meternos dentro de la gruta del conde Russell. Ascendemos por roca descompuesta y muy rota al Pitón Carré desde el que se divisa la tremenda vertiente norte de este macizo. Llegamos  a la Punta Chaussenque y al tramo de la Espalda al Petit Vignemale, que transcurre en un ambiente de alta montaña, espectacular y no aconsejable para personas con vértigo, eso sí con una  buena roca  que permite nobles agarres para pies y manos. Se trata de un tramo "entretenido" como dice mi hermano Carlos en estas ocasiones. Enorme satisfacción la que sentimos los tres cuando alcanzamos la cima del Petit Vignemale y podemos ya correr sin dificultad al Refugio de Bayssellance. Son las 13:45 h cuando nos detenemos unos instantes en su puerta.

Últimos metros del corredor de la Moskowa, arriba el collado de Lady Lister.

Rebu, llegando al Clot de la Hount  (3.289 m), al fondo el P. Cerbillona del que venimos.

El Pique Long desde la cima del Clot de la Hount.

Tramo de cresta entre el Clot y el Pique Long

La cresta que nos queda hasta el Petit Vignemale, desde el Pique Long.

Cima del Pique Long (3.298 m)

Una de las grutas del conde Russell.....¡qué tiempos aquellos!

Descendiendo del Pique Long hacia el glaciar.

En la misma puntica del Pitón Carré (3.197 m)

Subiendo hacia la Punta Chausenque 3.204 m, detrás el Piton Carré, Pique Long, Clot de la Hount, collado de Cerbillona y P. Cerbillona

La entretenida cresta hacia el Petit Vignemale, en el collado de los glaciares, detrás la Espalda de Chaussenque

Ascendiendo al Petit Vignemale desde el collado de los glaciares

Rebu, por lo que más quieras no te resbales!!

Otro tramo de la cresta al Petit Vignemale


Nos cruzamos con numerosos grupos unos suben, otros bajan, enormes mochilones y un sol que ya aprieta de lo lindo. Comenzamos pues la tercera parte de la jornada, la que se puede correr. Y vaya que si se puede. Gracias a la velocidad crucero impuesta por Victoriano y Reburun corremos el tramo de Oulettes d,Ossoue y tambien el largo Vallée de la Canau, derroche de fuerza y energía por su parte, plantándonos en el collado de Bernatuara a las 16 h. Bajamos a su orilla y terminamos nuestros mordisqueados bocadillos que hemos ido administrando durante todo el día. Ya está hecho, ya nos podemos relajar durante unos minutos. Sólo nos queda descender hasta Bujaruelo. Son las 16:45 h cuando cruzamos la puerta del bar de San Nicolás de Bujaruelo.

Descendiendo al ibón de Bernatuara


Comenzamos la cuarta parte de la jornada................................... con unas buenas jarras de cerveza y cómo no, con el obligado baño bajo el puente.

Al final han sido unos 38 km, con unos 2.800 m de D+ y 10 h 15 min de recorrido muy exigente, con un paisaje y ambiente de alta montaña espectacular

miércoles, 17 de agosto de 2011

MILIEU & TAPOU. A LA SOMBRA DEL VIGNEMALE.

El día que mi hermano me preguntó si me apetecía subir al Milieu y al Tapou, no pude reprimir una sonrisa e imaginar que me estaba hablando de una pareja al estilo de Zipi y Zape o de Tintin y Milou. Aún así mi respuesta fue de rápida aceptación.
Tras informarnos sobre el camino para ascender a estos "señores tresmiles" desde la vertiente de Bujaruelo, nos dimos cuenta que se iba a tratar de una salida sin dificultad técnica, pero dada la distancia y los desniveles a superar, necesitaríamos una buena dosis de fuerza y energía.
Macizo del Vignemale, el de la derecha es el P. Milieu, el Tapou se encuentra tapado y detrás.






























Para el que no los sitúe, se encuentran a continuación del macizo del Vignemale, hacia el sur de la corona glaciar  y en la cresta fronteriza con nuestra vecina Francia, con una altura ya considerable de 3.130 m y 3.150 m respectivamente. Por eso lo de "señores tresmiles".
Así pues, el pasado lunes 16 de agosto, nos presentamos en San Nicolás de Bujaruelo y con exquisita puntualidad británica iniciamos nuestra marcha a las 7:30 de la mañana.

Primeras luces en Bujaruelo.































Se nota que ha habido tormentas estos días atrás, el ambiente está cargado de agradables aromas pero también de una pesada humedad. Hasta la cabaña de Ordiso hemos ido alternando trote con zancada, consiguiendo un ritmo vivo, necesario para que la cantidad de horas que nos va a costar completar el recorrido no sean excesivas.

La luna nos sigue hasta la cabaña de Ordiso.






























Entramos ya en sendero por el fondo del valle, cruzamos el barranco del Cardal y tras hacer lo propio con el de Abe abandonamos la cómoda GR para afrontar las duras, incómodas y empinadas laderas herbosas que sin compasión y sin senda, nos va acercando hasta el collado de la plana de Alba (2.433 m). Poca gente parece emplear este camino para pasar a Francia. Hemos ascendido ya 1.100 m de desnivel.

Dura subida hacia el Collado de la plana de Alba, a la brava.




Horizontes de montañas antes nuestros ojos, gamas de verdes, de azules....justo premio para el esfuerzo realizado. Nos adentramos en la vertiente francesa para descender (con lo que cuesta subir) algo más de doscientos metros (que a la vuelta serán una buena puntilla) hacia el característico Pic Rond, nos situamos así sobre los 2.250 m y enlazamos en sus praderas con el sendero que viene desde la cabaña de Lourdes y que nos conducirá en fuerte ascenso hasta los bellos y dispersos ibones de Montferrat, al pie de nuestro destino.





La bella Francia desde el collado, ahora hacia el paso de la izda. del Pic Rond (el redondo del centro, para el que no sepa francés)





Desde los ibones, el itinerario es retorcido, donde se echan en falta algunos mojones, por terreno duro, pedregoso y que nos llevará hasta una canal de roca rota con algún resto de nieve que cruzamos sin problemas. El ascenso es duro y empinado, no en balde estamos subiendo cerca de novecientos metros más.

Algunos de los bonitos ibones de Montferrat

Lacs de Montferrat, al fondo brecha de Tapou y a su derecha el macizo con el Milieu y Tapou






El calor se hace notar, algunas nubes que se han formado por el Sur empiezan a aparecer y su presencia junto con alguna racha de aire hacen que aflore un punto de inquietud. La proximidad de las ya visibles cimas y el comprobar que las nubes no van a complicarnos la mañana hacen que los últimos metros, aunque empinados, los superemos con buena gana y humor. La llegada al collado entre el Milieu y el Tapou es de esas que causan impacto, ante nosotros toda la marmolera del Vignemale, un murallón que se alza sobre el valle de Bujaruelo......1.400 m más abajo.


Poco a poco nos acercamos, una vista atrás nos confirma que ganamos altura. A nuestros pies el Vallee d,Ossoue

Desde el Milieu, Tapou el más próximo de la derecha. Puntas superior e inferior y Macizo de Vignemale

Desde el collado entre Milieu y Tapou. En frente el corredor de la Moskowa













































Un abrazo, una mirada. Suficiente para demostrarnos la satisfacción de haber conseguido algo tan "inútil" como el encontrarnos aquí arriba.

Fotos, una última contemplación de nuestro alrededor para cargar nuestros recuerdos y para abajo. Paramos en los ibones de Montferrat para reponer nuestras secas gargantas. Ascendemos con resignación los doscientos cincuenta metros que esta mañana habíamos bajado por la bella Francia y una vez de nuevo en el collado de la plana de Alba.

Al fondo collado de la plana de Alba, nuestro regreso a Bujaruelo































Nos lanzamos al encuentro del fondo del valle. Incómodo descenso como no podía ser de otra forma, como ya nos imaginábamos y en el que se exige un buen grado de torsión de tobillos.

Una vez en el sendero gastamos nuestras últimas energías cada uno como quiere, corriendo, saltando, a zancada amplia, paseando. Hay todavía tramo para todo ello.

Baño integral bajo el puente, buena y fresquita cerveza. Diez horas, algunos kilómetros y unos 2.300 m de D+. 

Lo dicho, unos señores tresmiles!!

sábado, 6 de agosto de 2011

CUANDO TODO ENCAJA

Hace algunos años ya, los viajes al Pirineo desde la ciudad eran desplazamientos largos, el estado de las carreteras, el tráfico, hacían de estas situaciones algo laborioso y nada cómodo. Hoy en día ésto ha cambiado para bien. El plantarse en el Valle de Tena o en el del Aragón, no supone más de dos horas de cómodo viaje desde Zaragoza, así que una salida al monte, un entreno, ya no tienen excusa de no poderse hacer por allí arriba.

Aprovechando un día libre antes de las vacaciones de verano, todas las piezas encajaron de forma espontánea. Lo que en un principio iba a ser un entreno de "cuestas" por los "magníficos" alrededores de ésta nuestra capital, se sustituyó por una salida desde Panticosa y su "kilómetro vertical", en esta ocasión hasta la cima del Mandilar. Si además la familia se anima a acompañar, ya que el pechugazo de la subida la hacen en el funicular, el grato fenómeno de ensamblaje de piezas comienza a tomar el cuerpo y la forma de una bella jornada de entreno corredor, senderista de ibones y, dado el caluroso y soleado día, también de bañista múltiple.

Ibón de los Asnos. A que parece que no haya nadie.

Impresionantes Tendeñera, Ripera, Forato........

El siempre bello e idílico (¿ya lo dije hace algún tiempo?) ibón de Sabocos.





La "embarcada" del día, nuestra intención descender desde Sabocos por su valle de desagüe, el de Travenosa, hasta Panticosa. Al final, siguiendo las marcas azules y blancas, inmersas en la exuberante vegetación que da idea de lo poco transitado, pudimos llegar no sin incómoda dificultad, hasta la pista normal de la estación y descender sin que tuviera que venir a rescatarnos ningún helicóptero, como alguno ya empezaba a reclamar.