jueves, 8 de agosto de 2013

PICO CATIERAS Y PICO BALDAIRAN.

Tranquilidad tras las tormentas. Pausa, merecidamente ganada tras la velocidad de estos últimos meses. Hoy amanece con densas nubes agarradas a los valles, con las cumbres emergiendo sus cimas de entre la niebla, con los prados empapados tras las tormentas del día anterior. Precioso el sendero que nos acerca a Carlos y a mi, desde Panticosa hasta la pista de la Ripera, silencioso, oscuro, luminoso al cruzar los claros. Todo sigue su curso natural, algunas setas comienzan a aparecer ya entre la vegetación del bosque, jóvenes avellanas se descubren bajo las hojas de los numerosos avellanos que salpican esta primera parte de nuestro recorrido. Llegamos con los pies empapados para comenzar la subida hacia el collado de Yenefrito, entramos así en el solitario y curioso valle de su mismo nombre. Silencio sólo roto por algún silbido de marmota y el corretear de terneros en busca de sus madres al vernos acercar, por el romper de las aguas del arroyo Laulot que cruzaremos para comenzar la subida hacia el bellísimo y rebosante ibón de Catieras. Soledad, toda la montaña para nosotros. Tras una breve consulta del mapa, el de papel de toda la vida, nos dirigimos hacia el Pico Catieras (2.605 m), impresionantes vistas a sus pies. ¿Habrá alguien que tenga dudas de porqué se sube hasta aquí, para qué sirve ésto?, ¿habrá alguien que viendo este paisaje no se le estruje el corazón?......Continuamos hacia el P. Baldairán (2.702 m) por duras pendientes, conforme subimos, las nubes de Norte que no han desaparecido en toda la mañana van ganando terreno, van cubriendo poco a poco las montañas y nos hacen llegar pequeñas gotas, como para animarnos a no perder mucho tiempo y privarnos de una estancia más larga en la cima. Seguimos el fácil cordal hacia el E, para no bajar por el mismo camino de subida, hasta alcanzar una tiesa pedrera, de esas que se bajan sin importarle a uno que las piedras se metan en las zapatillas Alcanzamos de nuevo el  pie de montaña y regresamos a trote, sin prisa otra vez por la orilla del ibón, ahora sí repitiendo y con gusto, el mismo camino de la mañana.







Valle de Yenefrito. P. Tendeñera asomando.





P. Catieras a la izda. y Baldairan a la dcha.



Ultimos metros a la cima del P. Catieras. Al fondo el P. Baldairan.



Llegando a la cima del P. Baldairan.





























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