lunes, 30 de septiembre de 2013

KILÓMETRO VERTICAL DE CANFRANC.

Este fin de semana han quedado claras varias cosas, la primera es que si estamos en otoño, estamos y para eso el tiempo tiene que ser con toda lógica y razón, otoñal y así se presentaba por el Pirineo, como debe ser, que ya vale de verano y veranillos remolones, aunque seguro que dentro de unos días lo vuelva a echar de menos y me arrepentiré de estas palabras. El caso es que el domingo, día de la carrera, se presentaba otoñal, otoñal, de esos de los de libro. Llovizna constante, nubes agarradas que se deslizaban plácidamente por las montañas, poco frío y nada de aire, humedad que impregnaba y que nos impregnaba. Todo ello a pesar de que estaba aunciada una "ventana" de buen tiempo, justo para la parte de la mañana en la que nos encontraríamos dándole a la zapatilla.

Otro aprendizaje, que hay kilómetros verticales y kilómetros verticales. Desde luego éste, el del domingo, el de Canfranc, es uno de esos que se tienen, que se deben escribir no con abreviaturas, si no con todas y cada una de sus letras: "kilómetro vertical".

Son 3,8 km para ascender desde el inicio del valle de Izas hasta la cima del Porte (2.440 m), salvando en esa corta distancia los 1.110 m de D+, pendientes del 39% en su punto más duro, nos darán una idea de lo exigente del recorrido. Dureza, pero también belleza, esto es pura montaña y así debe ser, "gracias a" y  "a pesar de" las nubes, de la lluvia y del ambiente otoñal anteriormente comentado, no fue impedimento para disfrutar de una de esas jornadas que perdurarán, aunque no pudiéramos tener las bonitas vistas que ofrece este privilegiado mirador.

Se trata de una carrera, sí, pero en la que la palabra "correr" la verdad no sería la más adecuada.

Primera edición, ya sé que el panorama y la supervivencia de carreras está complicado, pero por favor, por favor, por favor, que continúe el año que viene. 









Foto tomada desde el Tobazo por la organización.



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