Fin de semana de contrastes y polos opuestos. Mientras el sábado por la tarde salíamos de Zaragoza con una tromba de agua más que considerable y las tormentas nos acompañaron durante casi todo el viaje, junto con frío verdadero a nuestra llegada al destino, el domingo nos amaneció con un día deslumbrante, limpio y con una temperatura ideal para correr la que ha sido la primera prueba de la Copa de Aragón para este año 2011.
Toda esta zona del Maestrazgo tiene un atractivo especial, como con cierto misterio. Cuando contemplas estos paisajes y sus casonas, se nota que por aquí han pasado muchas cosas, que hay historia detrás de cada muro, de cada masía.
En La Iglesuela, además de historia, ya vale de "metafísica" y espiritualidad, hay un surtido de pastas reposteras que quitan el hipo, a las que no queda otra que ir remojando con el consiguiente repertorio de cervezas, que siempre caen durante esas horas de estancia hasta que la jornada del sábado se da como finalizada tras unas risas, ciertos nervios y una buena cena.
La carrera es ya conocida, algunos la hemos corrido cuatro veces. Este año apenas si se diferencia del nuevo recorrido del año pasado, salvo en que en esta ocasión, se ascendía un poco más en algún tramo (El Tamborero) y alguna que otra pequeña diferencia inapreciable.
Esperando la hora de la comida |
Cada vez hay más nivel en estas carreras, la gente corre más y mejor. Sólo hay que ver el "aspectomaquinón" de más de uno con el que nos cruzamos durante el calentamiento previo a la salida. Además, estamos los de siempre, los que vamos coincidiendo en una tras otra como esos circos ambulantes, y es lo que ha creado ya el buen ambiente que siempre hay "previo-mientras-tras" la carrera.
Cargando baterías al estilo "lagartijano" |
El recorrido, bonito de por sí, en este domingo 8, ha sido más embellecido por el verdor y el agua de las lluvias caídas en los días previos. Rápido comienzo que pone a cada cual en su sitio tras las primeras cuestas y teniendo mucho cuidado de regular bien las fuerzas, sin "emocionarse", porque es en los últimos kilómetros donde, tras un terreno en el que se puede correr, viene la última y dura subida a la cruz en la que se pueden perder o ganar varias posiciones según las fuerzas que le queden a cada cual.
En esta ocasión estábamos cinco sarrios en la línea de salida: Antonia, Tonquito, Victoriano, Ambargreen y yo.
No me queda otra que felicitarnos, ya que copamos el podium de veteranos masculino y la segunda posición para Antonia en el podium de veteranas.
Podium veteranas |
Podium veteranos |
Clica en foto para FOTOS DE MONRASIN |
1 comentario:
Enhorabuena a mis hermanos Sarrios, porque es cierto que ya es habitual, a la par que agradable, el veros subidos a los cajones en cada prueba.
Mucho ánimo de este Sarrio que deambula por Madrid, hasta que se escapa al Pirineo, cuando puede.
Publicar un comentario